Poco imaginaría este maduro que acabaría en la cama con la hija de su socio. Éste le presentó a la joven cuando coincidieron en un restaurante y ella estaba con su novio. En un momento determinado que su padre y el novio se fueron a la barra para pagar, la guarrilla le dejó una nota con su telefono que ponía: espero tu llamada… vamos, no tardó ni 2 horas en telefonearla. Ese mismo día quedaron en un hotel y lo primero que hizo el hombre fué comerle el coñito jugoso, carnoso y rojito como loco mientras le restregaba el bigote y ella se frotaba las tetas cachondísima. Pasaron a la acción y estoy seguro de que nunca olvidarán ese día porque tela con la follada que le da el abuelo…
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