Con lo serio que es hacer un tatuaje y la responsabilidad que tienen los tatuadores y a estos hermanos gemelos no se les ocurre otra cosa que gastarle una broma a la chica que les tatuó. Sabéis que (al menos en España) sanidad mete mucha caña a los estudios de tatuaje y además de que deben usar unas tintas de calidad especiales, todo tiene que estar perfectamente esterilizado además de otras muchos requisitos. Pues bien, la broma en este caso consistía en que en un momento determinado los hermanos daban el cambiazo y le hacían creer a la pobre chica que el tatuaje se estaba borrando de la piel recién hecho, imaginaos la cara que se le quedó…
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